La verdad es que no se cuantos años tendrá la Gruta de Lourdes en la Península de Cavancha, conocida en todo Iquique como la Gruta de Cavancha. Según contaba mi madre, la Gruta existía y había como una especie de galpón con bancos donde se oficiaba y posteriormente se construyó la Iglesia. En un tiempo también hubo Monjas de Clausura, Carmelitas, pero no fue por largo tiempo, estamos hablando como del año 30.
En esos tiempos no era Parroquia y venían curas de la ciudad a celebrar misas. La Gruta fue creciendo en popularidad, en religiosidad popular, albergó y alberga la Imagen de San Pedro, cuya celebración es Centenaria en la Península, donde cada año se celebra por los Pescadores de la Caleta y antiguamente por los pobladores que eran parte activa de la Caleta. Se asistía en la Gruta a la novena de San Pedro, al mes de María y a la novena de la Virgen de Lourdes. La llegada de los Oblatos de María Inmaculada, es un acontecimiento importante para el Norte, la ciudad y la península de Cavancha, pues allí al alero de la Gruta se cobijaron y marcaron la vida del barrio, que empezó a girar en torno a la gruta y los Oblatos. Formaron la J.O.C, Juventud Obrera Católica, la JEC, las Cruzadas y varios otros movimientos. Crearon un equipo de acólitos, que obligadamente tuvieron que “aprender “Latín para poder ayudar las misas y la adoración del Santísimo. Eran los tiempos en que las misas se dialogaban porque estas se hacían en latín y con el celebrante de espaldas a los feligreses. Trajeron la alegría de la Navidad Comunitaria, repartían regalos a los niños y niñas del barrio, regalos que llegaban de Canadá, después de la Misa del Gallo, se servía chocolate a toda la Comunidad en el salón Parroquial. Hubo curas señeros que aún viven en el recuerdo de los cavanchinos: el Padre Rolando. El Padre Alberto, que posteriormente fue Obispo, Simón Pedro, René Ferragne, el padre Gil, Leo Cantín , el padre Leonel. Marcelo Quevillón, Marcelo Quirión, campeón de Chile con la selección de Béisbol de Iquique, donde fue apodado Míster Home Run. En fin tantos recuerdos.
Con posterioridad, cuando la Educación Secundaria era de 6 años y se debía rendir exámenes a fines de año, era un ritual el caminar por la playa hacia la Gruta a prender velas para agradecer la ayuda solicitada, se le prendían la velas en unas parrillas especiales a la Imagen de la Virgen y al Cristo del Calvario.
Funcionó también como una etapa que debían cumplir los seminaristas de la Congregación, los jóvenes cavanchinos de la época, practicaban deportes con ellos.
Todos los sábados se realizaban gran cantidad de matrimonios y bautizos, íbamos a gritar “padrino cacho, un peso pa los muchachos” y juntábamos plata para golosinas.
La Gruta ha pasado por diversas categoría eclesiásticas, no se en cual estará ahora. Han pasado muchos curas, los ya mencionados y otros mas actuales, que da miedo nombrarlos por que se podría omitir más de uno, lo que sería una injusticia: Argimiro, Esteban, Mauricio que estuvo en todos los tiempos, Ángel Férnandez, que dio dura lucha en los tiempo que no se podía hablar y el Padre García. Rector actual del santuario, Templo o simplemente La Gruta de Lourdes de Cavancha. Un faro de Fe y Religiosidad en la Ciudad y muy especialmente para los habitantes de la península que se educaron en la fe en tormo a ella. Venerando a la Virgen de Lourdes y a San Pedro.
No se que será de esos curas, que templaron nuestras almas, imagino que por el tiempo transcurrido y las edades de cada uno de ellos, muchos se deben encontrar a la diestra de Dios Padre. Hay anécdotas muy sabrosas con ellos, por la dificultad que presentaba el idioma. Con ellos en los momentos de esparcimiento, los niños de la península cantaban en francés “aluette, gentil aluette”, solo por onomatopeya. Pero la que mas se recuerda es una de Marcelo Quevillón, que tenía una fonética muy cerrada, para una festividad de San Pedro, dirigiéndose al Baile Morenos, en plena misa dijo: “canten toros con sus Maracas”, alguna que otra señora se horrorizó, pero en un buen español el quiso decir, “canten todos con sus matracas”.
La Gruta de Lourdes, es un faro de Fe en Iquique, pero para los cavanchinos que vivieron allí en su tiempo fue alfa y omega para ellos..
Hay una canción dedicada a las calles de nuestra ciudad y que dice así: “camino hasta Cavancha, que linda es mi ciudad, con su Gruta de Lourdes a la orilla del Mar” y así es. Un sentido recuerdo y homenaje para Los Oblatos de María Inmaculada, que aunque pocos, aun se encuentran allí en Punta Cavancha.
En esos tiempos no era Parroquia y venían curas de la ciudad a celebrar misas. La Gruta fue creciendo en popularidad, en religiosidad popular, albergó y alberga la Imagen de San Pedro, cuya celebración es Centenaria en la Península, donde cada año se celebra por los Pescadores de la Caleta y antiguamente por los pobladores que eran parte activa de la Caleta. Se asistía en la Gruta a la novena de San Pedro, al mes de María y a la novena de la Virgen de Lourdes. La llegada de los Oblatos de María Inmaculada, es un acontecimiento importante para el Norte, la ciudad y la península de Cavancha, pues allí al alero de la Gruta se cobijaron y marcaron la vida del barrio, que empezó a girar en torno a la gruta y los Oblatos. Formaron la J.O.C, Juventud Obrera Católica, la JEC, las Cruzadas y varios otros movimientos. Crearon un equipo de acólitos, que obligadamente tuvieron que “aprender “Latín para poder ayudar las misas y la adoración del Santísimo. Eran los tiempos en que las misas se dialogaban porque estas se hacían en latín y con el celebrante de espaldas a los feligreses. Trajeron la alegría de la Navidad Comunitaria, repartían regalos a los niños y niñas del barrio, regalos que llegaban de Canadá, después de la Misa del Gallo, se servía chocolate a toda la Comunidad en el salón Parroquial. Hubo curas señeros que aún viven en el recuerdo de los cavanchinos: el Padre Rolando. El Padre Alberto, que posteriormente fue Obispo, Simón Pedro, René Ferragne, el padre Gil, Leo Cantín , el padre Leonel. Marcelo Quevillón, Marcelo Quirión, campeón de Chile con la selección de Béisbol de Iquique, donde fue apodado Míster Home Run. En fin tantos recuerdos.
Con posterioridad, cuando la Educación Secundaria era de 6 años y se debía rendir exámenes a fines de año, era un ritual el caminar por la playa hacia la Gruta a prender velas para agradecer la ayuda solicitada, se le prendían la velas en unas parrillas especiales a la Imagen de la Virgen y al Cristo del Calvario.
Funcionó también como una etapa que debían cumplir los seminaristas de la Congregación, los jóvenes cavanchinos de la época, practicaban deportes con ellos.
Todos los sábados se realizaban gran cantidad de matrimonios y bautizos, íbamos a gritar “padrino cacho, un peso pa los muchachos” y juntábamos plata para golosinas.
La Gruta ha pasado por diversas categoría eclesiásticas, no se en cual estará ahora. Han pasado muchos curas, los ya mencionados y otros mas actuales, que da miedo nombrarlos por que se podría omitir más de uno, lo que sería una injusticia: Argimiro, Esteban, Mauricio que estuvo en todos los tiempos, Ángel Férnandez, que dio dura lucha en los tiempo que no se podía hablar y el Padre García. Rector actual del santuario, Templo o simplemente La Gruta de Lourdes de Cavancha. Un faro de Fe y Religiosidad en la Ciudad y muy especialmente para los habitantes de la península que se educaron en la fe en tormo a ella. Venerando a la Virgen de Lourdes y a San Pedro.
No se que será de esos curas, que templaron nuestras almas, imagino que por el tiempo transcurrido y las edades de cada uno de ellos, muchos se deben encontrar a la diestra de Dios Padre. Hay anécdotas muy sabrosas con ellos, por la dificultad que presentaba el idioma. Con ellos en los momentos de esparcimiento, los niños de la península cantaban en francés “aluette, gentil aluette”, solo por onomatopeya. Pero la que mas se recuerda es una de Marcelo Quevillón, que tenía una fonética muy cerrada, para una festividad de San Pedro, dirigiéndose al Baile Morenos, en plena misa dijo: “canten toros con sus Maracas”, alguna que otra señora se horrorizó, pero en un buen español el quiso decir, “canten todos con sus matracas”.
La Gruta de Lourdes, es un faro de Fe en Iquique, pero para los cavanchinos que vivieron allí en su tiempo fue alfa y omega para ellos..
Hay una canción dedicada a las calles de nuestra ciudad y que dice así: “camino hasta Cavancha, que linda es mi ciudad, con su Gruta de Lourdes a la orilla del Mar” y así es. Un sentido recuerdo y homenaje para Los Oblatos de María Inmaculada, que aunque pocos, aun se encuentran allí en Punta Cavancha.