La ciudad de Iquique tuvo una identidad barrial, que conformaba la identidad iquiqueña y de la cual todos estábamos orgullosos. Había barrios emblemáticos y bien delimitados territorialmente y entre ellos había una sana rivalidad, que no era negativa, eran la sal y pimienta del hacer cotidiano y de las lides deportivas. Todos los deportes tenían su público y generalmente había un barrio especializado en él, especialmente en el fútbol, los clásicos, Cavancha v/s Estrella de Chile, o con el Morro, Yungay. Gran entrega en defensa del barrio y la camiseta que defendían, como olvidar cuando las barras alentaban a sus equipos en forma bullicios y sana, sin desórdenes de ningún tipo. Después del partido a tomar “pilsen” en el lenguaje iquiqueño, ahora es cerveza o chela a la Perla o los estanes en Cavancha o en el balneario a los sones de la orquesta del “Ñatito Cortés”, que para llamar a sus hijos decía: “a sus topues los toniños”.
Con este preámbulo, me quiero referir a que la identidad iquiqueña, que fue labrada con fuerza, corazón, empuje y guapeza, se ha ido extinguiendo, no se si con el progreso o con la llegada de muchos coterráneos de otros lados que quieren imponer su cultura y su idiosincrasia. Ejemplos hay mucho, pero me referiré a uno que tal vez se pueda ser extemporáneo, pero que tiene una gran vigencia al hablar de Identidad Iquiqueña y no esotro que el Carnaval.
Para el Iquiqueño antiguo, Carnaval era sinónimo de jugar a la “Challa”. Cada Barrio tenía su estilo, y se trataba de mojar o embadurnar con harina a una persona del sexo puesto y la creatividad era puesta a prueba para preparar permitiesen mojar o echarle harina a ña persona elegida, estaban los “proyectiles”, (cilindros de papel de volantín, que se rellenaban con harina, los globos de agua, etc. Así se jugaba en lso barrios. En la noche en el camino ( Avenida Balmaceda), se bailaba y jugaba con “papellillo” (entiéndase papel picado y no otra cosa) “, pica – pica, chisguetes con perfume traídos de Arica, pistolas de agua, en forma muy sana. Esto era sábado, domingo lunes y martes antes del Miércoles de Cenizas. El martes era el día de los “picados”, se jugaba con tuti, pintura, aceite quemado, alquitrán se sacaban bateas (esas de madera que yo no existen), tambores de 200 litros, porque primero se empezaba con agua y en la medida que se picaban iban apareciendo los otros ungüentos.
En le camino fueron apareciendo carros. alegóricos, se comenzó a elegir Reina, los estudiantes Universitarios que venía a vacacionar, formaron una Federación, para poder implementar una radio Cultural en Iquique.la Primera Reina, fue Jelica Kobilic, estudiante de Pedagogía en Inglés de la U del Norte.
El entierro del Carnaval con su viuda en el Buque Varado, donde llegaban las míticas comparsas del Matadero y La San Carlos, el Morro y la Puntilla lo hacían en sus sectores. Atravesaban toda la ciudad para llegar a Cavancha.
Pero todo fue evolucionando, primero cayó en un letargo y después se reactivó como para el Turismo, se empezó a realizar no en los tiempos en que se celebra, no en el período de Anata, en los poblados precordilleranos y altiplánicos. Pero lo más trágico a mi entender es que se ha transformado en una mala copia de la Ghinga primero y del ahora Carnaval Con la Fuerza del Sol de Arica, que tampoco refleja que haya sido tomado de sus raíces.
Porqué tenemos que importar Cultura, que hacen en la Carnaval de Iquique la Banda Popó, o Imperial de Oruro de Bolivia. Que hacen la hermandades Bolivianas en “Nuestro “ Carnaval.
Porque no potenciar la manifestaciones que aún quedan en algunos barrios de Iquique, porque no hacerlo con las diferentes agrupaciones de la Sociedad Organizada, pero enfocada a la realidad Iquiqueña, se puede hacer. Si en Iquique, tenemos excelentes bandas de bronces, tenemos gente con experiencia, tenemos la experiencia de nuestros pueblos de Tierra Adentro en sus vivencias del Anata, que es un ritual, pero a la vez festivo. Siempre ha habido un CARVAVAL IQUIQUEÑO, que es nuestro y no debemos pedir prestadas manifestaciones que no nos pertenecen, no digo que no debe haber cambios, por supuesto que si, de acuerdo al dinamismo social, cambio que debe ser paulatino y dirigido, nadie dice que esas comparsas y cuerpos de baile no se puedan incorporar, pero con iquiqueños, no con extranjeros.
No hay que buscar culpables, pero pienso si que debe haber un cambio de rumbo, la IMI y su Departamento tienen la pala labra.
Con este preámbulo, me quiero referir a que la identidad iquiqueña, que fue labrada con fuerza, corazón, empuje y guapeza, se ha ido extinguiendo, no se si con el progreso o con la llegada de muchos coterráneos de otros lados que quieren imponer su cultura y su idiosincrasia. Ejemplos hay mucho, pero me referiré a uno que tal vez se pueda ser extemporáneo, pero que tiene una gran vigencia al hablar de Identidad Iquiqueña y no esotro que el Carnaval.
Para el Iquiqueño antiguo, Carnaval era sinónimo de jugar a la “Challa”. Cada Barrio tenía su estilo, y se trataba de mojar o embadurnar con harina a una persona del sexo puesto y la creatividad era puesta a prueba para preparar permitiesen mojar o echarle harina a ña persona elegida, estaban los “proyectiles”, (cilindros de papel de volantín, que se rellenaban con harina, los globos de agua, etc. Así se jugaba en lso barrios. En la noche en el camino ( Avenida Balmaceda), se bailaba y jugaba con “papellillo” (entiéndase papel picado y no otra cosa) “, pica – pica, chisguetes con perfume traídos de Arica, pistolas de agua, en forma muy sana. Esto era sábado, domingo lunes y martes antes del Miércoles de Cenizas. El martes era el día de los “picados”, se jugaba con tuti, pintura, aceite quemado, alquitrán se sacaban bateas (esas de madera que yo no existen), tambores de 200 litros, porque primero se empezaba con agua y en la medida que se picaban iban apareciendo los otros ungüentos.
En le camino fueron apareciendo carros. alegóricos, se comenzó a elegir Reina, los estudiantes Universitarios que venía a vacacionar, formaron una Federación, para poder implementar una radio Cultural en Iquique.la Primera Reina, fue Jelica Kobilic, estudiante de Pedagogía en Inglés de la U del Norte.
El entierro del Carnaval con su viuda en el Buque Varado, donde llegaban las míticas comparsas del Matadero y La San Carlos, el Morro y la Puntilla lo hacían en sus sectores. Atravesaban toda la ciudad para llegar a Cavancha.
Pero todo fue evolucionando, primero cayó en un letargo y después se reactivó como para el Turismo, se empezó a realizar no en los tiempos en que se celebra, no en el período de Anata, en los poblados precordilleranos y altiplánicos. Pero lo más trágico a mi entender es que se ha transformado en una mala copia de la Ghinga primero y del ahora Carnaval Con la Fuerza del Sol de Arica, que tampoco refleja que haya sido tomado de sus raíces.
Porqué tenemos que importar Cultura, que hacen en la Carnaval de Iquique la Banda Popó, o Imperial de Oruro de Bolivia. Que hacen la hermandades Bolivianas en “Nuestro “ Carnaval.
Porque no potenciar la manifestaciones que aún quedan en algunos barrios de Iquique, porque no hacerlo con las diferentes agrupaciones de la Sociedad Organizada, pero enfocada a la realidad Iquiqueña, se puede hacer. Si en Iquique, tenemos excelentes bandas de bronces, tenemos gente con experiencia, tenemos la experiencia de nuestros pueblos de Tierra Adentro en sus vivencias del Anata, que es un ritual, pero a la vez festivo. Siempre ha habido un CARVAVAL IQUIQUEÑO, que es nuestro y no debemos pedir prestadas manifestaciones que no nos pertenecen, no digo que no debe haber cambios, por supuesto que si, de acuerdo al dinamismo social, cambio que debe ser paulatino y dirigido, nadie dice que esas comparsas y cuerpos de baile no se puedan incorporar, pero con iquiqueños, no con extranjeros.
No hay que buscar culpables, pero pienso si que debe haber un cambio de rumbo, la IMI y su Departamento tienen la pala labra.