miércoles, septiembre 06, 2006
LAS FIESTAS PATRIAS EN CAVANCHA Y LA CIUDAD DE IQUIQUE
Estamos hablando de las celebraciones del 60 al 70 y algo más o menos. En esos tiempos ni muy frescos, ni muy añejos era realmente un acontecimiento social y que se disfrutaba en familia, en comunidad y por grupos etáreos. Los jóvenes de la época, el día 17 jugábamos una pichanga en la cancha del SIP, nos “bañábamos”, nos “entacuchábamos”, nos poníamos “tacucho”, que traducido a los tiempos actuales, nos poníamos terno, para ir a la inauguración de las ramadas, que generalmente se hacían en “el camino”, “la Avenida Balmaceda”. Allí entre Amunátegui y Ramírez mas o menos se instalaban los juegos de azar y unas cuantas “Ramadas”, donde la Ramada Oficial, era “El Huaso Cantor” del Coro y Conjunto de Folclore del Magisterio, en el Estadio Manuel Castro Ramos, donde hoy está el edificio Atalaya, se ubicaba la Ramada “El Congrio” del Ejercito. Los premios de los juegos de lota eran botellas de vino y tarros de durazno, muchos puestos de ellas y los premios eran lo mismo, las tómbolas o ruletas eran apetecidas y el juego del cuye. Nosotros jugábamos a las ruletas donde se apostaba a los números solamente calugas, que después se canjeaban por dinero. o jugábamos al Pepito paga doble, para poder hacer algo de dinero, juegos de azar que eran permitidos.
Los llamados Juegos Populares se desarrollaban en todos los barrios de la ciudad, se encumbraban volantines de papel y con hilo del cero. Los más gallos los encumbraban “chupete” sin cola y los “maticos” con cola para que quedara estático y no se le fuera a pique. En esos tiempos la para militar era los días 18, no se quienes tenían a cargo la producción, así se dice ahora, de los Juegos Populares en los diversos “Barrios”, recuerdo que una vez en Cavancha, se instaló un Rin y hubo boxeo, también cantó Ester Soré, conocida como “La Negra Linda”, que incluso le dedicó la tonada “Matas de Arrayán Florido” a mi hermano “Pepino”.
En esos tiempos ir al recinto de la Ramadas, era un paseo familiar, era para ir a divertirse con los amigos, no había chicha, se bailaba cueca a los compases de Adriana Medina y Los Corraleros, O las Cuecas del “tiznado” Carlos Henríquez, que cantaba entre muchas ”Cochero Pare” y “Arrechúnchamelo”
Ahora ir es un peligro asistir en buena, se arriesga la piel o hay que ir vestido de Samurai. Los premios de las lotas ya no son la bota de vino y el tarro de duraznos. Son premios Zofri. Los Juegos Populares se mantienen en algunos Barrios que se resisten a perder sus tradiciones, los volantines son de plástico Made In Taiwán, a prueba de tonto, no se mueven ni por si acaso, ya ni viento hay en Septiembre, se murió el Huaso Cantor, la Cueca es impuesta por Decreto Ley, ya no es el sentir del Pueblo, es un decreto, murió como Manifestación Popular, es Oficial. Hasta el Refrán Popular: “Todo Cambia, menos la Cueca, ya no tiene vigencia, porque para que Bailen los que han aprendido en los Clubes de Cueca, tiene que ser una cueca de 48 compases, porque si se toca una de 52, los niños se pierden y el Conjunto que la cantó o es malo o muy antiguo. Uno de los Deportes Nacionales era encumbrar Volantines y echar comisiones, ahora son los campeonatos de Cueca, que ven desde la Sala Cuna, hasta los viejitos en silla de ruedas. GRACIAS CLUBES DE CUECA Y SU FEDERACION
Era tradicional la “Mañana Criolla”, que trataron de revitalizar una agrupación en los últimos años, pero no prendió, son otros los estímulos, se murió Andrés Daniels y se enfermó el Gato Alvarez, viejos tercios de las Tradiciones Iquiqueñas través del Centro Hijos de Iquique.
Y así se han muerto muchas tradiciones, bueno. TODO CAMBIA MENOS LA CUECA
 
Cavanchino el 11:43 p. m. | Link permanente |


2 Comments:


  • el 3:36 p. m., Anonymous Anónimo

    La cueca se niega a morir.
    Pese a su rigidización por los clubes de cueca y su mecanización producto de los campeonatos, hay formas tradicionales y puras que luchan por mantenerse, y al parecer no les va mal en la batalla. En Concepción , Santiago y Valparaíso, la llamada cueca "brava" o cueca "chora" goza de buena salud. Se ha formado un pequeño, pero entusiasta, grupo de jóvenes que se han nutrido de las enseñanzas de los maestros aún vivos de esta expresión popular y urbana.
    Hace algunos días tuve la suerte de conocer al Boris "pandero"; profesor de Filosofía de la Universidad de Concepción, pero por sobre todo cuequero de corazón y vida. Es oriundo de Concepción, pero se crió en Santiago y fue discípulo del mismisimo Pepe Fuentes. Literalmente creció al lado de los grandes de la cueca brava santiaguina -se define el mismo como un chilenero-, Nano Nuñez, Rabanito, etc. A través de él me he ido informando de un creciente interés de jóvenes por cultivar la cueca de burdeles y noches eternas en estación central y lugares aledaños. Si bien muchos de ellos sólo logran hacer una buena imitación, sin acercarse siquiera a la verdadera forma de vida de la bohemia cuequera, no es menos cierto que la posibilidad de replicar la temática, el estilo y la poesía de aquella música, se agradece -por lo demás, no se les puede pedir otra cosa- y hace prever que en algunos años más dejaremos por fin de escuchar la consentida y el guatón loyola, como si en Chile no existieran otras y mejores cuecas... Aquí por lo menos la cueca tiene vida.

     
  • el 4:15 p. m., Anonymous Anónimo

    Una anécdota.
    A Boris pandero lo conocimos tocando cuecas junto a los Millar. Es un verdadero espectáculo verlo tocar el pandero. Si en Chile hubiera un premio Apes al mejor panderista, de seguro lo habría ganado. Nunca había visto ni escuchado algo similar. Además toca piano, acordeón, guitarra, y canta las cuecas en los mismos tonos agudos de los viejos.
    Después de eso coincidimos en una tocata en Hualpén, bueno nosotros andábamos tocando y él bailó, como campeón comunal. Conversamos, le gustó nuestra música y nos invitó a un pub para el día siguiente donde iba a cantar con unos amigos.
    Apenas llegamos nos dedicó "El músico errante" y después de la tocata se acercó a nuestra mesa... a los 10 minutos ya estábamos cantando cuecas. Luego de un rato, se me ocurrió pedirle "Se arrancaron con el piano"... se emocionó hasta las lágrimas, y me preguntó que de a dónde conocía esa cueca... le conté que la escuchaba en mi casa, que siempre me había gustado la cueca, que mi papá era folclorista y que un día apareció un cassette de los paleteados del puerto, que cantaban esa canción... me dijo que se alegraba mucho, que ya nadie cantaba ni conocía esas cuecas, que estaban casi extintas, que ni los cuequeros jóvenes se las saben. Ahí el hombre se soltó y estuvimos cantando y coversando hasta altas horas de la noche... es una verdadera enciclopedia de la cueca brava, sólo a modo de ejemplo, es capaz de cantar cuecas al estilo porteño y al estilo chilenero (santiaguino), así me di cuenta de la melodiosidad y galanura del porteño en contraste con la fuerza y lo directo del santiaguino; separa distintas épocas de compositores desde los años 20 en adelante; conce cuecas de conquista, de competencia por una mujer entre un cuequero y otro, de triunfo por obtener a la muchacha y la cueca del que perdió la batalla; cuecas para dejar callados a los jovencitos que se creen que saben y entran al ruedo a cantar... suma y sigue. En medio de todo eso yo seguía pidiendo: "el aguja"; "el chiquillo de la orilla"; "Le tengo dicho a mi negra"; "la negrita"... y el hombre seguía feliz de que conociera esas cuecas... hasta le cantamos con la marce "ojitos verdes" que es una cueca de la segunda región que recopiló Víctor Jara... en fin ya me alargué mucho después te contaré más detalles, pero la conclusión es positiva, con personas como él y muchos otros que se acercaban a cantar con nosotros te puedo decir optimistamente que la cueca del folclore urbano tiene cuerda para rato ... ¡Carola ay si!