Un día cualquiera del año 1920, llegó a Iquique, con 20 años a cuestas y un marido que le doblaba la edad. Con él había recorrido todo el Sur de Chile. Ambos tenían la misma profesión, para él que era hombre no era novedosa, pero para una mujer, era atípica sobre todo en esos tiempos, era Fotógrafo de Cajón, no había otra manera de sacar una fotografía en esos tiempos, solo con ese tipo de máquina. La única mujer que se desempeñaba como tal en la ciudad de Iquique. Y en una de esas en el país.
Se instalaron en la ciudad y comenzaron a llegar los hijos: Victoriano Mario, Lucila Aurora, Hugo Amado, que murió guagua, Hugo Victoriano, Norma Marina y Amanda Uberlinda, todos de su matrimonio. Enviudó y se aparejó con un buen hombre y nació su hijo menor : Juan Hugo. Había como una obsesión por el nombre Hugo dentro de la familia.
Sacó carta de ciudadanía iquiqueña. pero añoraba ir a su tierra natal, verla como había crecido, como se encontraba, los cambios que había sufrido y volver a su Iquique querido. Sueño que nunca materializó, porque antes el transporte desde esta ciudad hacia el Sur y viceversa era difícil. Y el Dios al cual ella tanto amó, la llamó a su lado el año 1963. Pero antes, por allá por el año 30 y tanto, se instaló en la Península de Cavancha, donde ella y sus hijos se mimetizaron con las tradiciones y costumbres del barrio. Vivió en la Calle Principal N° 27, la que después pasaría a llamarse Filomena Valenzuela. Sacaba fotos, mariscaba, tejía redes para la “Fábrica”, paños y/o trasmallos que después se unían y se formaban las redes para la captura del Atún
Algunos de sus hijos visitaron su tierra como homenaje póstumo y al ver el paisaje, se dieron cuenta porque ella gustaba de la compañía del mar. Porque ella contaba como de los cerros iba a la Playa a mariscar. Nació en Tomé, sector Bellavista. Su padre era don Salomón Moraga y su madre Luisa Aguayo. La mujer de Tomé, respondía al nombre de UBERLINDA DEL CARMEN MORAGA AGUAYO, mi madre.
Ella debe ser una de las pioneras que llegó a esta zona desde ese puerto textil de la Octava Región, porque ahora son muchos los tomecinos avecindados en la ciudad.